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Sostenibilidad en el Sector Cultural

¿Por qué es tan importante?

Tendemos a pensar en la huella de carbono como un indicador ambiental. Sin embargo, es mucho más que eso.

¿Qué es la huella de Carbono?

Es el conjunto de todas las emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI) que genera un proyecto u organización. Si se analizan al detalle se poder actuar sobre cada una de ellas.

Un ejemplo muy básico; si sabemos que en el envío de paquetería se emite una cantidad determinada de CO2 puedo plantearme sustituirlo por repartidores en bicicleta. Otro; si sabemos que el generador de electricidad consume mucho gasoil, podemos sustituirlo por uno más eficiente y emitiremos menos CO2 y gastaremos menos dinero.

Si conocemos cada fuente de emisión de CO2, podremos pensar cómo reducir dichas emisiones, aumentando así la sostenibilidad y mejorando el resultado económico de la organización o proyecto.

Cualquier actuación tendente a reducir las emisiones de CO2, en realidad, lo que hace es reducir el consumo de energía, de materias primas, aumentar la reutilización de materiales y sustituir materiales por otros más sostenibles. Con ello aumentamos la eficiencia de la organización mejorando su productividad y resultado.

La huella de carbono es el indicador más amable y eficiente para determinar si nuestro tránsito por la transición ecológica va por buen camino y, a la vez, para saber si nuestra organización es, cada vez más eficiente y rentable. Si la huella de carbono baja, vamos por el buen camino en todos los sentidos.

Sostenibilidad en el sector de la cultura

La cultura se debe sumar a la lucha contra el cambio climático y por la sostenibilidad. Es preciso incrementar la resiliencia del sector, así como contribuir a que la sociedad en su conjunto sea más resiliente.

Para ello, el primer paso es conocer el origen de las emisiones. Si queremos actuar en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) es crucial Calcular la Huella de Carbono, saber dónde se producen las emisiones y, consecuentemente, diseñar e implementar una Estrategia de Reducción de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero.

Sin embargo, hay una serie de barreras o retos a superar y es que, calcular la huella de carbono, no es fácil, rápido ni barato. Entre otras:

  • El cálculo es complejo.
  • No hay herramientas adaptadas a las especificaciones sectoriales.
  • Acudir a un consultor externo supone un elevado coste.
  • El cálculo de la huella de carbono se realiza anualmente o por la duración de un proyecto y exige un compromiso sostenido en el tiempo por lo que se deberán destinar recursos económicos de manera periódica y continua.

Es decir, es necesaria una estructura mínima y recursos humanos dedicados a esta tarea que los componentes del sector no suelen tener.

La solución

Desarrollo de un programa de cálculo de la huella de carbono acompañado de asesoramiento experto y certificación de resultados.